viernes, 6 de diciembre de 2013

Sobibor, el último campo de concentración

Alemania.- Hace 70 años, en octubre de 1943, fue cerrado uno de los campos de concentración de la Alemania nazi.

El campo de exterminio Sobibor fue creado más de un año antes, en marzo de 1942, y formaba parte de la Operación Reinhard -nombre clave que los nazis dieron al plan de asesinar a los judíos polacos-.

A aquel campo llegaron judíos, en su mayoría prisioneros de guerra y gitanos, quienes fueron asesinados cruelmente en cámaras de gas, con pesticidas.

Según sobrevivientes de aquel campo, los nazis les hacían creer que entrarían a dichas cámaras para ser desinfectados.



Fue en octubre de 1943 que el comandante en jefe de la SS, Heinrich Himmler, ordenó el cierre del campo de exterminio y pidió que se convirtiera en un campo de concentración.

En dicho campo tuvo lugar la mayor huida de presos de un lugar nazi en la Segunda Guerra Mundial. Los prisioneros, organizados por Leon Feldhendler y Alexander Pechersky (prisionero de guerra soviético apodado Sasha), planearon la fuga mediante la llamada Organización de la Resistencia.

La fuga del campo se llevó a cabo el 14 de octubre de 1943, antes de que las autoridades del campo finalizaran la Operación Reinhard, según la información que manejaba el comité clandestino de Resistencia del campo.

Fue en octubre de 1943 que el comandante en jefe de la SS, Heinrich Himmler, ordenó el cierre del campo de exterminio y pidió que se convirtiera en un campo de concentración.

En dicho campo tuvo lugar la mayor huida de presos de un lugar nazi en la Segunda Guerra Mundial. Los prisioneros, organizados por Leon Feldhendler y Alexander Pechersky (prisionero de guerra soviético apodado Sasha), planearon la fuga mediante la llamada Organización de la Resistencia.

La fuga del campo se llevó a cabo el 14 de octubre de 1943, antes de que las autoridades del campo finalizaran la Operación Reinhard, según la información que manejaba el comité clandestino de Resistencia del campo.








Información publicada en ZOCALO SALTILLO.

sábado, 9 de noviembre de 2013

Salvar la vida

Sus dibujos pornográficos permitieron a José Cabrero Arnal sobrevivir en Mauthausen



La historia de José Cabrero Arnal empieza en el corazón de la Barcelona de los años treinta. Una ciudad con más de 80 cines, repleta de cafés y cabarets, el deporte de moda es el boxeo, su población es tumultuosa y vanguardista, violenta y culta, miserable y burguesa. Arnal ha llegado de un pueblo de Huesca con sus padres y sus hermanos, pero ya a los 18 años se pasea vestido de dandi barcelonés, como los que compran la revista Mirador,con su sombrero de ala ancha, la pajarita diminuta, jersey de pico. Su padre, Emeterio, es un labrador que aquí ha encontrado empleo de policía y no concibe para sus hijos ningún trabajo de tipo artístico.

Pero a Cabrero Arnal el dibujo le va a salvar la vida por dos veces. La primera, ahora mismo, en el inicio de su carrera. Sabe que con su talento podrá salir de su casa del Guinardó y colarse en la Barcelona nocturna, en el Bataclán, en el cabaret de la Criolla, en la casa de Madame Petit, en los garitos del barrio chino. Con sus caricaturas consigue entrar en estos lugares donde por edad le está vedado, conocer a gente, ganarse a las bailarinas. Se entrena para ser boxeador, pero le parten la nariz y prefiere dejarlo. Sigue dibujando. Le encargan historietas de TBO, KKO..., portadas para L’Esquella de laTorratxa, donde ridiculiza a Alfonso XIII. Pero antes que la política, él prefiere al Gato Félix. Ha cogido el estilo americano copiando el trazo de Pat Sullivan. La suya será la primera generación de dibujantes españoles que utilice onomatopeyas y bocadillos. Quiere divertirse, sentirse libre y dibujar. En la revista Pocholo será una de las primeras firmas. Le llaman del cine Volga (luego fue cine Gloria) para que dibuje durante un pase infantil y el acontecimiento es anunciado en LaVanguardia...

Es entonces cuando estalla la guerra. José Cabrero Arnal no es ni anarquista ni marxista, nunca ha militado en ningún partido, en ningún sindicato; pero quiere defender su estilo de vida, su libertad, y se alista voluntario con la República. Pudiendo hacer carteles de propaganda, elegirá combatir en el frente. Aparece como artillero, le hieren en una pierna y cuando se cura se va con una compañía de ametralladoras a la batalla del Segre.

Su sobrino Daniel Cabrero le recuerda en la casa familiar del Guinardó, en la calle de Escornalbou: “Era muy vivo. Cuando llegaba de permiso lamía el pan para que nadie se lo tocara. Aún le veo, yo tendría entonces cuatro años, poniendo las historietas al trasluz de la ventana y marcando con pintura los colores para la imprenta”. Daniel Cabrero tiene ahora 81 años y da clases de pintura en el centro cívico del Guinardó. “Mi tío era un bohemio. Vivía en casa con nosotros y a veces se las tenía con mi madre porque llegaba tarde y no siempre se procuraba su manutención”.

Tras la caída de Barcelona, Arnal va a recalar en el campo de Argelès. Luego al de Barcarès. En el de Saint-Cyprien trabará amistad inquebrantable con Joaquim Amat-Piniella, Ferran Planes, Pere Vives y el militar Hernández, que juntos formarán la pinya dels cinc. Ferran Planes lo describe después como un “libertario sin doctrina ni sistema”. Un día los mandan a la línea Maginot en una compañía de trabajo. Forman parte de un grupo de 25 españoles, todos comunistas, excepto ellos. Van sin armas, llevan el uniforme gris de la guerra del 14 y cobran medio franco al día.

Mientras en los barracones se discute por la Guerra Civil, él dibuja soldados que sueñan con Joséphine Baker. En un ataque de la aviación nazi, los cinco amigos son detenidos y entregados a la Gestapo. Planes y Hernández se fugan, pero a los otros tres los llevan al campo de exterminio de Mauthausen. Ara sí que estem fotuts!, son las históricas palabras de Amat-Piniella al ver aquel campo. En Mauthausen es donde gracias al lápiz Arnal va a salvar su vida por segunda vez. Los dibujos pornográficos que hace para los oficiales le libran de la cantera. Cuando los aliados les liberan del campo, Arnal tiene 36 años y pesa 45 kilos. Pere Vives no ha sobrevivido. Entonces el dibujante inicia un vagabundeo indigente por las calles de París. Duerme en bancos sin otra ropa que la de deportado. Canta en el metro y en la calle para que le echen monedas. Le recoge la Cruz Roja Republicana y le pone en contacto con los comunistas franceses. “Fueron los comunistas los primeros que me dieron trabajo”, confesará a Montserrat Roig, que recoge su testimonio en el libro Els catalans als camps nazis.

Así empieza a dibujar para L’Humanité, donde en 1948 crea Pif, su personaje más popular y el perro más famoso del cómic francés. Es la mascota de una familia obrera. Luego pasa a Vaillant, otra publicación del partido comunista, y tal es la celebridad de su personaje que a mediados de los años sesenta la cabecera se subtitulará: Le journal de Pif le chien. A finales de esa misma década, el nombre de la revista será directamente Pif-Gadget. Se vende por toda Francia y algunos países de detrás del telón de acero. Va a dejar huella en los niños de esa época. Houellebecq evoca en Las partículas elementales la ilusión con que esperaba los jueves a que saliese la revista.

Cabrero Arnal nunca volvió a España y jamás obtuvo la nacionalidad francesa. Se la negaban por comunista hasta que desistió y dejó de pedirla. Pero pertenecía más a un estilo de vida que a una ideología. A falta de una patria, se compró un pequeño piso en las afueras de París y un Simca Élysée. Cuando murió en 1982, al día siguiente de cumplir los 73 años, también era un extraño para los tebeos. Ya por entonces el colectivo de la bande desinée fue incapaz de reconocerle. Solo últimamente, el nieto de otros republicanos exiliados, Phlippe Guillen, profesor de Historia, le ha dedicado un libro maravilloso: José Cabrero Arnal. De la République espagnole aux pages de Vaillant, la vie du créateur de ‘Pif le chien’ (ed. Loubatières, 2011). El olvido es un silencioso campo de exterminio.

extraido de elpais.

viernes, 25 de octubre de 2013

Therezin 2013


El campo de concentración de Theresienstadt fue instalado por los nazis en esta ciudad, que hoy lleva el nombre de Terezín y está actualmente situada en la Chequia, unos 60 kilómetros al norte de Praga.

Historia
El 10 de junio de 1940, la Gestapo tomó el control de Theresienstadt instalando una prisión en la Kleine Festung («Fortaleza pequeña»). El 24 de noviembre de 1941, el lugar fue convertido en un ghetto amurallado, que presentaba una fachada que escondía la operación de exterminio de los judíos, impulsada por el jefe de las SS, Reinhard Heydrich. Para el mundo exterior, Theresienstadt debía aparecer como una colonia judía modelo. Incluso se rodó una película con el título de Der Führer schenkt den Juden eine Stadt (El «Führer» regala una ciudad a los judíos), para transmitir esa sensación. Pero se trataba de un campo de concentración, que también fue utilizado como campo de transición hacia Auschwitz y los otros campos de exterminio.
El 3 de mayo de 1945, el control del campo fue transferido por los alemanes a la Cruz Roja. Pocos días más tardes, el 8 de mayo de 1945, el Ejército Rojo entraba en Theresienstadt.

Un campo «especial»
En octubre de 1943 fueron deportados a Theresienstadt 476 judíos procedentes de Dinamarca. La mayoría de los judíos daneses pudieron salvarse, pues escaparon a Suecia, con los que las fuerza alemanas de ocupación no podían hacerse con ellos. Pero el gobierno danés tampoco abandonó a sus ciudadanos encerrados en Theresienstadt. La presión que hicieron sobre el gobierno nazi contribuyó a que los nazis, durante algunos meses, con fines propagandísticos y para engañar a la opinión pública internacional, convirtieran Theresienstadt en un campo modelo.
Los nazis incluso permitieron en junio de 1944 que una delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja visitara Theresienstadt, para lo cual «adecentaron» el campo. Por ejemplo, para impedir dar la impresión de hacinamiento se reforzó antes de la visita el transporte de prisioneros al campos de Auschwitz-Birkenau, donde al principio se mantuvo a los deportados en una zona especial (el «campo familiar») para poder presentarlos en caso de que la Cruz Roja reclamara verlos. Después de la visita, esas personas fueron asesinadas. Se obligó a fingir a los prisioneros seleccionados por su mejor aspecto que llevaban una vida tranquila y feliz, con buena comida e incluso presentaron viandas a los visitantes producto de una «panadería». Prisioneros además simulaban pasear por las calles como si fuesen libres, con niños y supuestas esposas con ellos. Cuando se les interrogaba ellos manifestaban frases aprendidas de antemano de elogios a sus carceleros.
En el propio Theresienstadt se instalaron cafés y hubo una cierta actividad cultural. Por ejemplo, se representó la ópera infantil Brundibár del compositor checo Hans Krása. El 26 de febrero de 1944 se empezó a rodar una película propagandística: «Theresienstadt – Ein Dokumentarfilm aus dem jüdischen Siedlungsgebiet», bajo dirección de Kurt Gerron. Se pretendía mostrar lo bien que les iba a los judíos bajo los «beneficios» del Tercer Reich. Tras las terminación de la película, la mayoría de los actores y el propio director fueron deportados a Auschwitz.
Se desarrollaron muchas otras actividades culturales, en las que participaron más de 2000 prisioneros, conocidos ya entonces o que lo fueron más adelante.








































jueves, 3 de octubre de 2013

SEGUNDA GUERRA MUNDIAL DÍA A DÍA.

Vídeo con la evolución en Europa durante la Segunda Guerra Mundíal día a día; empezando por la invasión alemana de Polonia (1 de septiembre de 1939).


sábado, 20 de julio de 2013