viernes, 9 de mayo de 2014

La ciencia destapa la verdad de Treblinka que los nazis quisieron ocultar

Las fosas comunes clandestinas suelen ser incómodos recordatorios de crímenes del pasado para los perpetradores de los mismos o para quienes en la actualidad se benefician de los frutos de tales crímenes. El holocausto cometido por los nazis en tiempos de la Segunda Guerra Mundial no se puede esconder, pero sí ha habido casos en los que la destrucción de campos de exterminio por parte de los nazis, en un intento de eliminar pruebas de las atrocidades allí perpetradas, ha permitido minimizar la magnitud de las masacres.


Un ejemplo de esto es el del campo de concentración de Treblinka en Polonia. En ese campo de concentración (integrado de hecho por un campo de trabajos forzados y por otro de exterminio), los nazis asesinaron a unas 800.000 personas. 

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Extraido de noticiasdelaciencia.com

martes, 6 de mayo de 2014

El niño que consiguió escapar de un tren de Auschwitz

El cuartel de infantería Dossin en Malinas (Bélgica) se convirtió en un centro de detención de judíos y gitanos durante la ocupación alemana en la Segunda Guerra Mundial. Más de 25.000 judíos y 352 gitanos fueron enviados en trenes a Auschwitz… uno de ellos fue nuestro protagonista.



En febrero de 1943, Channa Gronowski y sus hijos Ita (18 años) y Simon (11 años) fueron detenidos en plena calle en Bruselas y traslados al centro de detención. Sabiendo la suerte que correría su marido, Channa dijo que era viuda. “Mis padres habían cometido un error, sólo uno… haber nacido judíos“, diría Simon años más tarde. El 19 de abril de 1943, entre gritos y lágrimas, Ita era apartada de su familia… nunca más la volvieron a ver. A Channa y a Simon -ahora convertidos en los números 1233 y 1234, respectivamente-, junto a 1629 judíos más, los sacaron de Dossin y los metieron en un tren camino de Auschwitz, era el convoy 20
Nos llevaban como ganado. No había comida, ni agua. No había asientos por lo que todos estaban sentados o tumbamos en el suelo. Estaba muy oscuro. Había una luz pálida que entraba por un orificio de ventilación en el techo, pero el aire era sofocante.

El tren nº 20 iba a tener una particularidad, fue la primera y única vez durante la Segunda Guerra Mundial que se conseguía detener un transporte nazi con judíos deportadosYoura Livschitz, Robert Maistriau y Jean Frankelmon, tres jóvenes estudiantes de la resistencia, iban a conseguirlo con una pistola, unas cizallas y un farol. A menos de 20 Km. de Malinas y aprovechando que todavía no había amanecido, Robert Maistriau se hizo pasar por un empleado de los ferrocarriles y se situó en la vía con el farol cubierto con un paño de seda rojo indicando un peligro. Cuando el tren se detuvo, los tres se lanzaron a los vagones para cortar los cables que aseguraban las puertas correderas. Aunque pudieron abrir algunos vagones, tuvieron que desistir cuando los alemanes que custodiaban el tren comenzaron a disparar. Uno de los que consiguió escapar fue Simón Gronowski, pero no en el momento del asalto. Cuando el tren reanudó la marcha, Simon y su madre permanecía acurrucados en una esquina de su vagón, hasta que dos hombres se dieron cuenta de que el cable que sujetaba su puerta estaba casi roto. Forzaron la puerta y consiguieron abrirla. Algunos saltaron con el tren en marcha y Channa decidió que era su oportunidad. Cogió de la mano a Simon y lo llevó hasta al puerta, sujetándolo por los brazos lo bajó hasta el estribo…
No, ahora el tren va demasiado rápido. Dijo Channa
Cuando el tren perdió velocidad, Channa soltó a Simon y cayó rodando hasta unos arbustos. Simon levantó la cabeza esperando que saltase su madre pero lo único que vio fue a los alemanes disparando de nuevo. Simon salió corriendo y atravesó bosques y campos hasta llegar a una pequeña aldea, Berlingen. Llamó a una puerta y contó que había estado jugando con sus amigos y se había perdido. Los aldeanos no querían tener problemas y lo llevaron ante las autoridades locales. Cuando Simon estuvo frente a Jean Aerts, un policía local, pensó que todo había terminado… pero no fue así. Jean Aerts le dijo…
Lo sé todo, sé que estabas en ese tren. Somos buenos belgas y no te vamos a traicionar.

Jean Aerts le llevó a la estación en Ordingen y tomó el tren a Bruselas. Allí pudo reunirse con León Gronowski, su padre. Hasta el final de la guerra, padre e hijo estuvieron huyendo y escondiéndose entre familias católicas. León no pudo soportar la perdida de su hija y de su mujer -Channa fue gaseada en Auschwitz- y a los pocos meses de terminar la guerra murió. Hoy Simon vive en Bruselas y da charlas en las escuelas…
Doy testimonio de lo ocurrido, lucho contra el antisemitismo y toda forma de discriminación y la negación del Holocausto, honro a los muertos y a los héroes que salvaron mi vida.
¿Qué fue del resto de protagonistas del tren nº 20? Unos 233 judíos consiguieron salir de los vagones: 118 lograron escapar, 26 murieron en el intento y 89 volvieron a ser capturados. En cuanto a los tres miembros de la resistencia, Youra Livschitz fue capturado y ejecutado en febrero de 1944 y Jean Frankelmon fue detenido poco después y enviado al campo de concentración de Sachsenhausen, donde fue liberado en mayo de 1945. Murió en 1977. Robert Maistriau fue detenido en marzo de 1944. Liberado de Bergen-Belsen en 1945, murió en 2008. 

Extraido del blog Historias de la Historia.