Grupo de españoles que colaboraron con la Resistencia francesa
30 de julio de 1944. Francia está ocupada por las tropas
nazis desde junio de 1940. En estos largos 4 años se han ido gestando grupos de
oposición a la presencia alemana y al gobierno colaboracionista de Vichy.
Es la famosa Resistencia, en la que participaron numerosos
republicanos españoles que llegaron hasta allí tras estar enrolados en las
Compañías de Trabajo y en la Legión Extranjera.
La suerte de los republicanos estaba echada desde el momento
en el que cruzaron la frontera entre enero y febrero de 1939: campos de
concentración, trabajo forzado, deportaciones a los campos nazis, exilio
permanente, etcétera. Pero también protagonizaron historias épicas, como en el
norte de África con La Novena, con la Liberación de París, en la batalla de
Stalingrado o, como en este caso, en la Resistencia.
30 de julio de 1944. Francisco César Castillo, alias “Tino”,
está junto a sus compañeros de las fuerzas de franc-tireurs et partisans
français (partisanos del maquis) en las inmediaciones de Ville Marguerite, en
Prades, departamento de Pirineos Orientales, a poco más de una hora de la
frontera con España.
Se había unido en compañía de otros camaradas comunistas en
marzo de 1944, tras escapar de un Grupo de Trabajadores Extranjeros (los sustitutos
de las Compañías de Trabajo) en el que hacía trabajos de mantenimiento de
líneas ferroviarias.
Tino ya tenía un historial previo de combate contra los
ocupantes nazis antes de presentarte en Prades. Dentro de 4ª División de
Guerrillero Españoles, al mando de Manuel Castro, había combatido contra la
Gestapo y fue artífice de la destrucción de un convoy que transportaba armas y
tropas.
La operación se saldó con la muerte de todos los soldados
nazis y dos miembros de la Gestapo. Pronto llegaron miembros de la SS y de la
Gestapo para atrapar a los guerrilleros que se encontraban en la zona.
Esa noche del 30 de julio Villa Marguerite está bulliciosa,
no en vano es el lugar donde los cabecillas nazis de la zona se hospedan y preparan
la emboscada contra los miembros de la Resistencia.
No contaban con que los aguerridos españoles y franceses
estaban ya parapetados en los bosques cercanos y tenían vigilada la
estancia.
En una hora indeterminada entre la madrugada y el amanecer,
Tino y sus compañeros, Chispita, Galiano, Barba o Rafael Martín, se lanzan a
“matar nazis”. Rodean Ville Marguerite y con una ametralladora acribillan la
fachada y la puerta principal para obligar salir a las tropas
acuarteladas.
Las bombas de mano también causan estragos entre los
soldados que estaban desayunando. Las tropas salen. Y salen también del
bosque.
Los enfrentamientos, según narra el informe que el propio
gobierno de De Gaulle redacta, fue terrorífico; mueren decenas de personas,
pero la 4ª División de Guerrilleros Españoles consigue ocupar la zona y todas
las entradas de Prades.
Sería por poco tiempo: el 2 de agosto llega un refuerzo de
soldados nazis que obliga a la División a retirarse al pueblo cercano de
Valmanya, que se encuentra incendiado tras el avance alemán. Allí, Francisco
César participará de otro enfrentamiento brutal contra las tropas de la SS y
refuerzos de tropas francesas y que de nuevo le obliga a retirarse, pero esta
vez hasta Reynès, cerca de la frontera con España.
Su División se había dividido entre Reynès, Velmanya y
Amélie-les-Bans, otras localidades cercanas, por lo que su grupo estaba
diezmando y en clara desventaja.
Finalmente se ve obligado a cruzar la frontera y cobijarse
en España por unos pocos días en unos de los pasos seguros que vigilaban varios
miembros españoles de la Resistencia.
El 17 de agosto se rearma la División y se dirige de nuevo a
Reynés, donde, el 20 de agosto, un grupo dirigido por el comandante Palacios ataca
un destacamento alemán matando a una treintena de soldados y consiguen,
finalmente, hacerse con el mando de la zona, de vital importancia para liberar
Perpignan. Allí aguantaron hasta que las tropas Aliadas llegaron a la frontera
sur de Francia a los pocos días.
Francisco César Castillo, alias “Tino”, había nacido en
Viator un 22 de septiembre de 1911. Hijo de Francisco y Serafina, ejerció de
relojero. Directivo y militante muy activo del Partido Comunista en la
localidad almeriense y presidente del Comité Rojo, se enroló en el ejército
republicano.
Cruzó la frontera francesa en febrero de 1939 y fue
internado en el campo de concentración de Argelès-sur-Mer. Allí permaneció
hasta que marchó, en septiembre de 1939, a las 125 Compañía de Trabajo.
La invasión nazi lo devolvió al campo y en marzo de 1941 es
trasladado a un Grupo de Trabajo, del que se escapa, como hemos relatado
anteriormente, en marzo de 1944.
En España fue perseguido en ausencia y se abre un expediente
de Responsabilidades Políticas, que termina sobreseído. Vuelve en 1968 y
se casa con Ana Torres y Fernández pero por razones desconocidas vuelve a su
residencia en Perpignan.
No sabemos el final de su vida, salvo que en 1979 pidió la
ayuda de subsidio al combatiente que la República francesa otorgaba a aquellos
que habían luchado por la liberación de España.
La historia de Tino y de la 4ª División de Guerrilleros
Españoles bien valdría una película o una novela pero quedó, hasta ahora, en el
olvido de la memoria. Recordar sus hazañas también es hacer Memoria y recuperar
la dignidad de quienes arriesgaron sus vidas para mantener la esperanza de la
derrota del fascismo, una esperanza que les abriera las puertas de una
reconquista de las libertades en España. Lo operación fallida del Valle de
Arán, en la que también participó Francisco Castillo, acabó con ese sueño.