lunes, 5 de noviembre de 2018

El almeriense que luchó contra los nazis en Francia



Grupo de españoles que colaboraron con la Resistencia francesa                                   

30 de julio de 1944. Francia está ocupada por las tropas nazis desde junio de 1940. En estos largos 4 años se han ido gestando grupos de oposición a la presencia alemana y al gobierno colaboracionista de Vichy.

Es la famosa Resistencia, en la que participaron numerosos republicanos españoles que llegaron hasta allí tras estar enrolados en las Compañías de Trabajo y en la Legión Extranjera. 

La suerte de los republicanos estaba echada desde el momento en el que cruzaron la frontera entre enero y febrero de 1939: campos de concentración, trabajo forzado, deportaciones a los campos nazis, exilio permanente, etcétera. Pero también protagonizaron historias épicas, como en el norte de África con La Novena, con la Liberación de París, en la batalla de Stalingrado o, como en este caso, en la Resistencia. 

30 de julio de 1944. Francisco César Castillo, alias “Tino”, está junto a sus compañeros de las fuerzas de franc-tireurs et partisans français (partisanos del maquis) en las inmediaciones de Ville Marguerite, en Prades, departamento de Pirineos Orientales, a poco más de una hora de la frontera con España. 

Se había unido en compañía de otros camaradas comunistas en marzo de 1944, tras escapar de un Grupo de Trabajadores Extranjeros (los sustitutos de las Compañías de Trabajo) en el que hacía trabajos de mantenimiento de líneas ferroviarias.



Tino ya tenía un historial previo de combate contra los ocupantes nazis antes de presentarte en Prades. Dentro de 4ª División de Guerrillero Españoles, al mando de Manuel Castro, había combatido contra la Gestapo y fue artífice de la destrucción de un convoy que transportaba armas y tropas. 

La operación se saldó con la muerte de todos los soldados nazis y dos miembros de la Gestapo. Pronto llegaron miembros de la SS y de la Gestapo para atrapar a los guerrilleros que se encontraban en la zona. 

Esa noche del 30 de julio Villa Marguerite está bulliciosa, no en vano es el lugar donde los cabecillas nazis de la zona se hospedan y preparan la emboscada contra los miembros de la Resistencia. 

No contaban con que los aguerridos españoles y franceses estaban ya parapetados en los bosques cercanos y tenían vigilada la estancia. 

En una hora indeterminada entre la madrugada y el amanecer, Tino y sus compañeros, Chispita, Galiano, Barba o Rafael Martín, se lanzan a “matar nazis”. Rodean Ville Marguerite y con una ametralladora acribillan la fachada y la puerta principal para obligar salir a las tropas acuarteladas. 

Las bombas de mano también causan estragos entre los soldados que estaban desayunando. Las tropas salen. Y salen también del bosque. 

Los enfrentamientos, según narra el informe que el propio gobierno de De Gaulle redacta, fue terrorífico; mueren decenas de personas, pero la 4ª División de Guerrilleros Españoles consigue ocupar la zona y todas las entradas de Prades. 

Sería por poco tiempo: el 2 de agosto llega un refuerzo de soldados nazis que obliga a la División a retirarse al pueblo cercano de Valmanya, que se encuentra incendiado tras el avance alemán. Allí, Francisco César participará de otro enfrentamiento brutal contra las tropas de la SS y refuerzos de tropas francesas y que de nuevo le obliga a retirarse, pero esta vez hasta Reynès, cerca de la frontera con España. 

Su División se había dividido entre Reynès, Velmanya y Amélie-les-Bans, otras localidades cercanas, por lo que su grupo estaba diezmando y en clara desventaja.

Finalmente se ve obligado a cruzar la frontera y cobijarse en España por unos pocos días en unos de los pasos seguros que vigilaban varios miembros españoles de la Resistencia.

El 17 de agosto se rearma la División y se dirige de nuevo a Reynés, donde, el 20 de agosto, un grupo dirigido por el comandante Palacios ataca un destacamento alemán matando a una treintena de soldados y consiguen, finalmente, hacerse con el mando de la zona, de vital importancia para liberar Perpignan. Allí aguantaron hasta que las tropas Aliadas llegaron a la frontera sur de Francia a los pocos días. 

Francisco César Castillo, alias “Tino”, había nacido en Viator un 22 de septiembre de 1911. Hijo de Francisco y Serafina, ejerció de relojero.  Directivo y militante muy activo del Partido Comunista en la localidad almeriense y presidente del Comité Rojo, se enroló en el ejército republicano. 

Cruzó la frontera francesa en febrero de 1939 y fue internado en el campo de concentración de Argelès-sur-Mer. Allí permaneció hasta que marchó, en septiembre de 1939, a las 125 Compañía de Trabajo. 

La invasión nazi lo devolvió al campo y en marzo de 1941 es trasladado a un Grupo de Trabajo, del que se escapa, como hemos relatado anteriormente, en marzo de 1944. 

En España fue perseguido en ausencia y se abre un expediente de Responsabilidades Políticas, que termina sobreseído. Vuelve en 1968  y se casa con Ana Torres y Fernández pero por razones desconocidas vuelve a su residencia en Perpignan. 

No sabemos el final de su vida, salvo que en 1979 pidió la ayuda de subsidio al combatiente que la República francesa otorgaba a aquellos que habían luchado por la liberación de España. 

La historia de Tino y de la 4ª División de Guerrilleros Españoles bien valdría una película o una novela pero quedó, hasta ahora, en el olvido de la memoria. Recordar sus hazañas también es hacer Memoria y recuperar la dignidad de quienes arriesgaron sus vidas para mantener la esperanza de la derrota del fascismo, una esperanza que les abriera las puertas de una reconquista de las libertades en España. Lo operación fallida del Valle de Arán, en la que también participó Francisco Castillo, acabó con ese sueño.