Las fosas comunes clandestinas suelen ser incómodos recordatorios de
crímenes del pasado para los perpetradores de los mismos o para quienes
en la actualidad se benefician de los frutos de tales crímenes. El
holocausto cometido por los nazis en tiempos de la Segunda Guerra
Mundial no se puede esconder, pero sí ha habido casos en los que la
destrucción de campos de exterminio por parte de los nazis, en un
intento de eliminar pruebas de las atrocidades allí perpetradas, ha
permitido minimizar la magnitud de las masacres.
Un ejemplo de esto es el del campo de concentración de Treblinka en
Polonia. En ese campo de concentración (integrado de hecho por un campo
de trabajos forzados y por otro de exterminio), los nazis asesinaron a
unas 800.000 personas.
Extraido de noticiasdelaciencia.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario