- Unos 8.100 hombres y menores musulmanes fueron ejecutados por fuerzas serbobosnias en el enclave de Srebrenica en julio de 1995, a pesar de que era una zona protegida por la ONU.
- 46 personas han sido juzgadas por los tribunales bosnios por la masacre.
- El Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY) imputó a 21 personas.
- Dos de los principales acusados cuyo proceso continúa en el TPIY son Radovan Karadzic y Ratko Mladic. Slodoban Milosevic murió antes de que finalizara el juicio.
- La ONU admitió en 1999 su "error" en lo ocurrido al actuar con "neutralidad", y en 2001 Holanda asumió su parte de responsabilidad ya que sus cascos azules estaban en la zona.
MÒNICA BERNABÉEspecial para EL MUNDO Tuzla 10/07/2015
Son como las estanterías de los almacenes del Ikea, allí donde la clientela se suele perder en busca de su pedido, pero en los anaqueles no hay sillas, ni mesas, ni muebles, sino bolsas blancas de plástico llenas de huesos humanos. Huesos que pertenecen en su mayoría a algunos de los 8.100 hombres y niños musulmanes que fueron ejecutados en Srebrenica por fuerzas serbobosnias en julio de 1995.
Tras veinte años del genocidio, esos restos humanos continúan ahí, en los estantes del tétrico y espeluznante depósito de la Comisión Internacional sobre Personas Desaparecidas (ICMP en sus siglas en inglés) en la ciudad bosnia de Tuzla, sin que se hayan podido identificar. No coinciden con ninguna de las miles de muestras de ADN que se han tomado a los familiares de las víctimas.
En algunos casos, el problema es queno se ha conseguido completar los cuerpos -por ejemplo, sólo se ha hallado un fémur o el cráneo- y las familias se niegan a darles sepulturaasí, hasta que no se descubran más restos. Y en otros, no se ha encontrado absolutamente nada. Siguen sin aparecer un millar de hombres y menores cuyo rastro se perdió en Srebrenica hace dos décadas. A pesar de ello, la Comisión Internacional sobre Personas Desaparecidas concluirá su programa en los Balcanes a final del año que viene. Después no se sabe qué sucederá.
La comisión ha sido el pilar sobre el que se ha sostenido el gobierno bosnio durante todos estos años para llevar a cabo la búsqueda e identificación de los cuerpos, y después hacer posible el entierro colectivo de decenas de víctimas cada año, coincidiendo con el aniversario del genocidio. Este organismo internacional ha puesto casi todo en bandeja al ejecutivo bosnio: fondos, recursos y personal preparado, aunque también ha contribuido a la preparación de organizaciones locales, como el Instituto de Personas Desaparecidas, para que tomen el relevo a la comisión a partir de 2017. Otra cosa es que lo hagan.
"Las ejecuciones tuvieron lugar en tres lugares distintos entre el 11 y el 13 de julio de 1995", empieza relatando la antropóloga forense Dragana Vucetic, que trabaja en las dependencias que la comisión tiene en un recinto municipal en Tuzla. "Los cuerpos los enterraron en diversas fosas comunes, pero a los tres meses los exhumaron con excavadoras y los sepultaron en otras localizaciones: bosques y lugares de difícil acceso para intentar ocultar las pruebas del crimen. Por eso ahora los restos humanos de una única persona pueden estar esparcidos en diversos sitios", argumenta.
Es como buscar una aguja en un pajar, o un puzzle en el que encajar las piezas resulta cada vez más complicado. Los números hablan por sí solos: en el aniversario del genocidio en 2003 se enterraron 958 cuerpos, 332 en 2004, 577 en 2005, o 489 en 2006. El año pasado, sólo 169, y este sábado se inhumarán 136.
Vucetic ha dispuesto sobre la mesa de exploraciones de su oficina el esqueleto completo de un individuo que ya ha revisado varias veces y que no sabe qué hacer con él: no coincide con ninguna de las22.268 muestras de ADN del banco de datos. En otra mesa ha esparcido otros escasos restos humanos, pero hace días que no recibe más para poder analizar. Los hallazgos son ahora con cuentagotas. "Estamos buscando en cincuenta posibles localizaciones, basándonos en fotografías satélite tomadas por la embajada de Estados Unidos entre julio y octubre de 1995, que nos permiten deducir dónde se produjeron movimientos de tierra", declara. Se cree que los genocidas abrieron cinco fosas comunes y una de ellas aún no se ha localizado. ¿Pero dónde está?
"Sería feliz con encontrar un dedo de mi hijo", suspira la bosnia Hajra Catic, tras rezar en silencio ante la tumba de su marido, que también fue ejecutado. Al lado de la sepultura, en el impresionante memorial de Potocari en Srebrenica -donde se suceden miles de tumbas idénticas de las víctimas del genocidio-, Hajra ha reservado un pequeño pedazo de terreno para inhumar a su hijo. Porque está dispuesta a no cejar hasta hallar sus restos.
"Lo único que queremos es información de dónde están los cuerpos", afirma la mujer. Información, preciado tesoro. Pero eso es lo que pocos están dispuestos a dar. Incluso algunos niegan lo evidente.
El propio presidente bosnio de turno, el serbio Mladen Ivanic -Bosnia tiene una presidencia rotativa, en la que un representante bosnio, otro croata y uno serbio ocupan el cargo de forma alterna durante ocho meses cada uno-, se quejó la semana pasada de que el Consejo de Seguridad de la ONU tuviera previsto aprobar una resolución para condenar la masacre de Srebrenica, coincidiendo con el veinte aniversario de su conmemoración, y advirtió que, si lo hacía, debía evitar la palabra"genocidio". "De lo contrario será una provocación para la población serbiobosnia", aseguró.
Precisamente por eso muchos temen que, cuando la Comisión Internacional sobre Personas Desaparecidas cierre su proyecto en los Balcanes, las cámaras de los periodistas no inmortalicen más el aniversario del genocidio y se deje de hablar de Srebrenica,Hajra se quedará con su terruño esperando a sepultar allí algún día a su hijo, las bolsas blancas de plástico llenas de huesos humanosseguirán sin identificar en los estantes, y los desaparecidos continuarán en un paradero que nunca nadie descubrirá.
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