lunes, 23 de mayo de 2011

"Zielvorschlag New York" (Objetivo Nueva York).

En 1987 se publicó una obra que hoy es ya un clásico: "Waffen und Geheimwaffen des deutschen Heeres. 1933-1945."
El autor es el historiador Fritz Hahn que pertenece sin la más mínima duda al campo de la historiografía más académica y oficial.
En la página 168 del tomo II se encuentra reproducido el siguiente documento:


Nos encontramos pues, ante un documento perfectamente conocido y aceptado como auténtico, por la más rigurosa historiografía oficial.

Este plano se realizó en Alemania en 1944 y se le relaciona en todo momento con los proyectos que surgieron aquel año para bombardear Nueva York con cohete como el A-9/A-10 o con aviones espaciales como los concebidos por Eugen Sänger. Según los historiadores oficiales, estos ingenios habrían transportado cargas explosivas convencionales de una o dos toneladas.

Pero para lanzar esas dos toneladas sobre América se requería un costoso cohete de 100 toneladas de peso. Un arma tan antieconómica sólo podría haberse usado a muy pequeña escala y con un impacto más psicológico que militar. He aquí el motivo de que todos estos proyectos fuesen cancelados, concluyen los historiadores ortodoxos.

Pero si se fijan con atención en el documento, verán que éste nos cuenta una historia MUY DIFERENTE.

Como se puede ver nos encontramos ante un mapa que indica la densidad de distribución calorífica (en kilocalorías por kilómetro cuadrado) que generaría cierto bombardeo de la ciudad de Nueva York.

Se indica:

La zona circular de daño máximo, que llega hasta los 1,35 km de distancia del centro de impacto.
La zona de daño secundario que alcanza hasta un radio de 4,35 km del centro teórico de impacto.
Un círculo punteado de 2 km de radio, que indica la zona de dispersión probable del impacto, es decir, la zona alrededor del centro teórico de impacto donde el misil caerá probablemente de modo efectivo.
Lo importante es fijarse ahora en las cifras indicadas. La densidad de cobertura calorífica media en la zona de daño máximo es de 1,4 por 10E8 kcal/kmE2 y en la zona de daño secundario de 7 x 10E6 kcal/kmE2.
Es decir, que en un círculo de 1,35 km se depositarían 140.000.000 kcal por cada kilómetro cuadrado; o lo que es lo mismo 140.000.000.000 calorías por kilómetro cuadrado (140 mil millones).
Con ayuda del gráfico es fácil calcular la energía calorífica total que se habría depositado:
Zona de daño máximo 7,435 x 10E8 kcal.
Zona de daño secundario 3,695 x 10E8 kcal.
Energía calorífica total depositada 11,130 x 10E8 kcal.
En una explosión nuclear típica, aproximadamente entre el 6 y el 8% de la energía desprendida se irradia sobre las superficies adyacentes. Sabido esto y conociendo la equivalencia en calorías de un kilotón (un kilotón o kt equivale a la fuerza explosiva de 1.000 toneladas de TNT, que equivalen a su vez aproximadamente a 1,12 x 10E12 calorías) es fácil estimar la potencia de la bomba que habría generado la onda de choque térmica del mapa.
Los valores que se obtienen están entre los 14 y los 18,8 kt.

Algunas consideraciones:

a) Es por supuesto completamente imposible producir los estragos que muestra el plano usando cohetes con cabezas convencionales de una o dos toneladas, a no ser que se usen muchos miles simultáneamente.

b) Toda explosión atómica produce tres efectos principales: onda de choque, efecto térmico y radiaciones. Pero es el calor el que causa el 60% de las muertes en toda explosión mayor de 10 kt.
Este es el motivo por el que los científicos alemanes se limitaron a indicar el alcance letal de los efectos térmicos. En la zona de daño máximo se depositan 14 calorías por centímetro cuadrado (14 cal/cmE2). Dado que con 10 cal/cmE2 ya se producen quemaduras mortales de tercer grado, se comprende que lo que el mapa nos indica es el área en el que la tasa de mortalidad habría sido prácticamente del 100% (toda la parte central y sur de la isla de Manhattan).

c) En definitiva podemos ver que los autores del documento que nos ocupa tenían un conocimiento preciso de los efectos del artefacto que habían planeado lanzar.
Pero la bomba atómica era un arma completamente nueva y revolucionaria cuyos efectos exactos no se podían prever con tanta precisión.

(publicado en http://chiwulltun.blogspot.com el 01/11/2007)

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